Tras una de las nevadas más copiosas de los últimos años en el archipiélago, no podíamos esperar a que reabrieran los accesos por carretera para vehículos para contemplar la estampa navideña que nos dejaba la última tormenta.
Nos pusimos en marcha y planeamos un ascenso en bici desde donde la carretera estuviera cortada, y esto fue lo que nos encontramos, toda una maravilla.